domingo, 12 de abril de 2015

La ley de lo imposible.

ELLA.- ¿Alguna vez has intentado volar?
ÉL.- ¿Volar, estás loca?, las personas no podemos volar.
ELLA.- ¿Y eso quién lo dice?
ÉL.- La ley de la gravedad.
ELLA.- (Perpleja) Eso es una tontería. Los pájaros vuelan.
ÉL.- Los pájaros tienen unas alas diseñadas para eso. ¿Has visto a algún humano volar?
ELLA.- Vale, pues seré un pájaro.
ÉL.- Un pájaro... Deberías dejar lo que sea que te estás metiendo.
ELLA.- Oye, que tú no creas en cosas que no has visto no significa que esté loca.
ÉL.- No es que no lo haya visto, es que es imposible.
ELLA.- (Burlándose) Dijo el científico... (Pausa) Debe de ser muy triste.
ÉL.- ¿No volar?
ELLA.- No, eso es posible. Me refiero a ver el mundo de una forma tan cuadriculada como la tuya.
ÉL.- Creo en las cosas que se pueden demostrar, te recuerdo que la ciencia está para eso.
ELLA.- Ciencia, ciencia, ciencia... Los científicos os creéis con derecho a destrozar los sueños de la gente.
ÉL.- (Enfadado) Vale, lista... Vuela, venga, vuela y veremos quién tiene razón.
ELLA.- Oh, yo volaré, pero tú no podrás verlo.
ÉL.- Claro, es imposible, la ley de Newton dice claramente que...
ELLA.- Hace años era impensable que una máquina que pesa toneladas pudiese mantenerse flotando en el aire. (Se acerca a él), podré volar porque tengo algo que tú no tienes; algo de lo que un cerebro lleno de números, leyes, limitaciones, y la constante necesidad de demostrarlo todo de forma analítica, carece.
ÉL.- Claro... ¿Y eso es...?
ELLA.- Imaginación.