jueves, 11 de junio de 2015

Aviones de papel.

¿Alguna vez te has parado a pensar en lo que somos las personas?... Para mi, somos aviones de papel.
Considero a cada persona un folio liso en el que puede haber una infidad de posibilidades... Pero ese folio se dobla, la sociedad hará de ti lo que quiera, doblándote hasta conseguir que seas un avion de papel más de la flota, ¿qué triste, verdad?. Tantos años de sueños... Tantos años de lucha, y ¿para qué?, al final no haces más que ser otra pieza del engranaje oxidado en el que se ha convertido esta sociedad.
¿Por qué molestarse en hacer a todos esos aviones iguales? Orden, estamos definidos para eso, para buscar desesperadamente el orden... Estudiar, buscar un trabajo, sacarse una carrera, y cómprate una casa, sácate el carné de conducir, cásate (pero no con quien tu quieras, si no con quien te han predeterminado a querer), ten una familia... Esa es nuestra vida, un orden establecido por una sociedad ansiosa de precaución al caos.
Caos... Qué palabra tan hermosa.
Caos.
Ca-os
¡CAOS!
Dilo todasas veces que haga falta; grítalo, susúrralo, interiorízalo porque cuando alcances a comprender el poder y el significado de esa palabra te darás cuenta de que no es la completa destrucción. El caos es ser diferente a lo que te marcan, es ser único, personal. Es vivir.
Si nos considero aviones de papel no es por lo facilmente moldeable que somos; si no porque aunque hagas exáctamente igual a cada uno de los aviones, a la hora de lanzarlos cada uno volará en una dirección que no hay manera de predeterminar. Y eso es lo que somo las personas, seres moldeados por una fuerza mayor... Pero de vez en cuando sale alguien diferente, alguien que no quiere volar al son de sus compañeros... Inconstante, personal, loco, ingenioso, diferente... Caótico.
Igual que un avión de papel.

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