miércoles, 27 de enero de 2016

Huelga de corazones.

He clausurado mi interior con el letrero de "Cerrado por obras, disculpen las molestias".
Se me ha terminado el tiempo de vivir con tus besos en mi piel, besos dados con un cuentagotas que tenía fecha de extinción; el destino se nos interpuso y el camino dejó de tener una senda conjunta. 
Pero el reloj sigue, los pájaros siguen trazando líneas en el horizonte cuando cae el sol y el mundo de la noche se presenta con una oscuridad iluminada por los sueños, las luces, y los bohemios. 
Y aunque mi incapacidad para degustar esa comida para dos, pero sin ser dos, sigue siendo una atmósfera que me persigue haciéndome sentir como una víctima en el laberinto del Minotauro, de todo se acaba saliendo. Estoy intentando no ser un músico del Titanic, nadar a contracorriente para terminar abriendo de nuevo esta estación, que tanta reparación necesita.
Ahora más que nunca comprendo que perder el norte para encontrar el sur es aceptar la belleza y crueldad de una vida que te da la mano, pero no te deja coger el brazo. Una vida que, como dice Sabina "siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido".
Me he buscado en las letras, en la música, en cada fragmento de aire que pueda hacerme recordar que a veces no hace falta más que un poco de sol para salir de una ceguera asfixiante. Me he buscado... Y me he creado, o recreado. Admito que una parte de mi recreación se fue cuando te viste con la necesidad de seguir tu vida con un adiós sin un beso de despedida. 
¿Era esto lo que tenía que pasar, un final tan abrupto que deja desconcertada incluso a la persona con más sangre fría del planeta? Puede, tengo que confiar en el universo. 
He terminado siendo una kamikaze del amor dejando un final en el que soy yo la que le lanza las flechas a Cupido. Dejándome sin hambre de sentimientos y con un capítulo más que cerrar, sellar, y guardar. 
Ahora me toca a mí, esta vez es el momento de escribir mi historia en solitario y de declarar, al menos por un tiempo sin fecha límite, mi huelga de corazones. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

El último café

Hoy me he levantado con ausencia de besos, anhelando la ventisca que creaban tus pestañas al parpadear. Será que soy una nostálgica sin remedio, pero el café no sabe igual desde que no lo bebo de tus labios.
Tal vez el corazón se nos quedó corto y por eso recurrimos a caminar por el filo de una navaja buscando un éxtasis que nos salvase, la verdad es que terminamos convirtiendo la penumbra en nuestra casa hasta que nos perdimos en ella. Se nos dio muy bien jugar a crear sombras de ilusión mientras nos convertíamos en el Titanic... Reinas de un reino de sombras, con un final pero sin un feliz.
Quemo las fotos intentando que sea el fuego el que sofoque esta ausencia enquistada en esta habitación detenida por el tiempo. Y aunque no parezca servir para mucho, sigo diciéndote adiós como un náufrago a un pedazo de tierra, intentando que seas la botella con un mensaje oculto que desaparezca en el mar.
Eres la mayor de mi frustraciones, por mucho que quiera hacerte realidad ya no existes, no en mi vida. Ahora eres la sonrisa, las ojeras de hablar hasta la madrugada, y las noches de sexo entre las sábanas de otra, y no puedo culparte. En esta historia serás recordada como el mayor rayo de luz que se ha visto nunca, la causa y efecto por la que ahora tengo que enseñarme a volar de nuevo en soledad, la razón de demasiadas cosas que no me atrevo a admitir.

martes, 20 de octubre de 2015

Extracto del corazón.

Escribía tu nombre como si fueses el tesoro más reluciente marcado en tinta sobre un folio en blanco. Esta vez quería darle a un alma de poeta romántico un final felíz.
Fui una yonki del vértigo creado por las montañas rusas, siempre jugando a un tira y afloja interminable con mi cabeza mientras mi corazón parecía no tener ganas de entrar en semejantes disputas. Pero apareciste tú y mi corazón volvió a levantarse... Es curioso, tanto tiempo de amores desperdiciado con musas falsas mientras tú te dedicabas a tocar un violín en soledad, esperando... Siempre esperando.
Cuando te encontré, guiada por esa melodía, supe que no serías como los cantos de las sirenas. No hacía falta correr, esconderse, o pelear... Era un poder extraño que terminó por invadir cada gota de sangre de mi cuerpo hasta sentirse extremadamente real.

Si los poetas cantan a sus amadas, por qué no voy a dedicarte mis líneas si eres la estrella más luminosa del firmamento.

miércoles, 22 de julio de 2015

Pensamientos de media noche.

Estaba sentada en el tejadillo que daba a mi ventana, expulsando un beso de humo que rozaba el aire al quitarme el cigarrillo, como buena noche de verano el cielo estaba plagado de pequeñas antorchas que hacían del paisaje un prado celeste de oro y plata. La brisa me despeinaba algunos mechones de pelo y hacia del humo del cigarro una maratón con destino al cielo.
Me encontraba viendo volar a dos murciélagos solitarios cuando las cavilaciones empezaron a pasar por mi cabeza: ¿por qué nos miedo la noche?
En mi opinión a la luz de las estrellas todo sabe mejor; la cerveza es más apetecible; el sexo, más placentero, la tranquilidad, más inspiradora; y la inspiración, más elocuente. Parece que nos dan miedo los monstruos que salen de los armarios o que se esconden bajo las camas cuando en realidad los únicos monstruos están en nuestra cabeza. ¿Por qué temer entonces a la oscuridad?
La noche siempre me ha resultado un mundo a parte, como si se rompiese la sucesión del tiempo y hubiese una brecha dimensional en la que entras en un mundo lleno de quietud en el que todo parece más auténtico. El miedo es más latente; el amor, más potente; y los sueños... Son menos sueños y más realidad.
En cierto modo creo que ese el problema del día, todo se vuelve más real, en el mal sentido. Es como si los rayos del sol te diesen una hostia que a veces te quita el aliento que la noche llena de posibilidades te ha dado. Creo que por eso los artistas preferimos la noche, sobre todo los escritores. Parece que la oscuridad hace que todo se vuelva más auténtico y puro.
 El cigarrillo comenzaba a apagarse hasta que le di otra calada y el humo volvió a ascender hacia el infinito desde mis fosas nasales.
Tanto tiempo temiendo al monstruo del armario cuando resultaba que solo quería un poco de cariño... Tanto tiempo rezando por la salida del sol para luego escondernos entre las sombras de cuatro paredes.

domingo, 5 de julio de 2015

Antítesis de la luz

Siento la estratosfera sobre mi cabeza y la tierra muerta bajo mis pies, algo se mueve dentro de mi impidiéndome gritar; me ahoga, me angustia como solo una sensación fantasma puede hacer.
Siento el hierro apresado sobre mis muñecas.
Siento el miedo truncado en pánico violento en las pupilas de los ojos que, como espejos, reflejan el alma.
Por sentir, siento un cielo azul que da vueltas centrifugadas, cambiando las estrellas del sitio en el que habitualmente reposan. Pero esto es la vida, vueltas de 180° en lo que dura un suspiro.
El fuego no son las llamas, es el caos que nace de esta mente acunada por espíritus de lobos y artistas.
Pero la cuestión es que mientras contemplo el ardor del infierno confinándose sobre mi, con un Hades ansioso de otra alma a la que llevar a su tierra de los muertos, yo estoy tranquila.
Prefiero enseñarle los dientes manchados de sangre antes que postrarme ante una deidad que decide quién vive y quién muere. ¿De verdad creéis que se puede mandar arrodillar a un soldado que lucha por mantenerse en pie?
Dos caras de la moneda; dos versiones relacionadas de la misma historia, y separadas, escritas cono dos cuentos diferentes cuando en realidad son la dualidad misma de la pura existencia. Al final todos somos divinidades y ángeles caídos... Todos extraídos de unas letras que derrochan sangre y luz: luz por la locura y sangre por la cordura. ¿O crees que la cordura es luz? Las grandes ideas y nuestros mayores actos de valentía surgen de un breve instante de locura en el que se decide dejar la sota, caballo, y rey e ir a por la reina.

Si al final es la muerte lo que nos espera, recibamos a Hades con un baile en nuestros pies y unos ojos tan llenos de decisión que cuando los relojes caigan del cielo no les quedará más remedio que detener el tiempo.

lunes, 15 de junio de 2015

Politicamente incorrecto.

¿Alguna vez has sentido miedo hacia el futuro?, ¿te has parado a pensar en la vida que no hace más que correr delante de ti, y que tú, impotente, te ves incapaz de hacer nada?
Ser el león o la gacela.
A veces sigues teniendo miedo, aunque seas feliz, aunque lo tengas todo. Nadie sabe lo que va a pasar, mañana puedes despertarte y el mundo se puede acabar. Por eso creo que lo mejor es vivir tal y como eres, tal y como quieres. Diferente.
Dejarse llevar por las palabras sin sentido del resto de las personas es como envenarte con muerte segura. Vamos a pensalor así... Es un circo de gladiadores, tú estás solo en las arenas rodeado de otros que intentarán matarte en nombre de la sociedad.
Basta ya.
Me he cansado de vivir en los supuestos principios en los que debería vivir por ser mujer. "Maquíllate", "ponte vestido", "sé politicamente correcta", "y sé una chica mona".
Pues este es mi mensaje para la sociedad. Me das asco.
No me maquillo.
No me siento cómoda usando vestidos.
Me la suda lo políticamente correcto.
Y no soy una chica mona. Ni si quiera feminina.
Soy así, y me ha costado muchos años hacerlo, pero me quiero tal y como soy, sin retoques, sin "lo que se supone que debo ser". Mi vida la decido yo.

Este es mi mensaje para todos los que rompéis con lo que se supone que deberías ser, que no actuáis como se espera de vosotros. Que nadie se atreva a decirte nunca que ser diferente es malo. Eres así. Quiérete así. Y lucha, pero lucha por ti.
Ser diferente es un privilegio, te hace ver el mundo de una manera diferente; y precisamente esa diferencia será la que muchos critiquen o envidien... Y también la que te llevará a lo más alto. Recuerda esto cuando ya no puedas más, cuando estés cansado de burlas, reproches, normas absurdas... Recuerda que nadie tiene que decirte cómo vivir, cómo vestir, o a quién amar.

Eres perfecto tal y como eres.

TÚ.
PUEDES.
CON TODO.

jueves, 11 de junio de 2015

Aviones de papel.

¿Alguna vez te has parado a pensar en lo que somos las personas?... Para mi, somos aviones de papel.
Considero a cada persona un folio liso en el que puede haber una infidad de posibilidades... Pero ese folio se dobla, la sociedad hará de ti lo que quiera, doblándote hasta conseguir que seas un avion de papel más de la flota, ¿qué triste, verdad?. Tantos años de sueños... Tantos años de lucha, y ¿para qué?, al final no haces más que ser otra pieza del engranaje oxidado en el que se ha convertido esta sociedad.
¿Por qué molestarse en hacer a todos esos aviones iguales? Orden, estamos definidos para eso, para buscar desesperadamente el orden... Estudiar, buscar un trabajo, sacarse una carrera, y cómprate una casa, sácate el carné de conducir, cásate (pero no con quien tu quieras, si no con quien te han predeterminado a querer), ten una familia... Esa es nuestra vida, un orden establecido por una sociedad ansiosa de precaución al caos.
Caos... Qué palabra tan hermosa.
Caos.
Ca-os
¡CAOS!
Dilo todasas veces que haga falta; grítalo, susúrralo, interiorízalo porque cuando alcances a comprender el poder y el significado de esa palabra te darás cuenta de que no es la completa destrucción. El caos es ser diferente a lo que te marcan, es ser único, personal. Es vivir.
Si nos considero aviones de papel no es por lo facilmente moldeable que somos; si no porque aunque hagas exáctamente igual a cada uno de los aviones, a la hora de lanzarlos cada uno volará en una dirección que no hay manera de predeterminar. Y eso es lo que somo las personas, seres moldeados por una fuerza mayor... Pero de vez en cuando sale alguien diferente, alguien que no quiere volar al son de sus compañeros... Inconstante, personal, loco, ingenioso, diferente... Caótico.
Igual que un avión de papel.