He visto más ojos tristes de los que me gustaría, he sentido ganas de llorar, de dejar llevar mi rabia a un grito sacado de la verdad para que muera en el más alto silencio.
Sí, me he perdido, ya no de lugar, sino a mí misma... Duele, ¿verdad? Trato de recordar quién era antes de conocerte, de recomponer fragmentos que ahora soy incapaz de recordar, y sí, claramente este texto va referido a ti. Porque para qué engañarnos, durante un año pensé que eras mi salvación, mi propio Jardín del Edén, ilusa de mi sentía que con solo tocarme me hacías la más feliz de las personas, y me tocaste, sí... Y me hundiste, como a un simple barco de papel.
¿Quieres la verdad?, deberías mirarte al espejo y darte cuenta del daño que haces.
Por mi parte... Estoy en mi catástrofe 2.0, cansada de intentarlo todo siempre, de dar hasta el último suspiro en una batalla que tiene la palabra "derrota" pintada en la frente. No quiero rendirme... Pero sí quiero rendirte, al fin y al cabo no te has ganado mi alegría. ¿Te sigo queriendo? no lo sé, tal vez. O tal vez estas ganas de arrancar el nudo de mi garganta se deben al daño que me has estado causando y que yo, mirando por tu felicidad, he aguantado.
Y sé que muchos no entienden que esto me pase ahora, un mes más tarde. Pero simplemente he llegado a un punto de inflexión en el que ya no puedo seguir aguantando todo lo que he retenido en ese mes, me encuentro al borde del disparo emocional empuñando un arma de doble filo que me mata a la vez que me salva.
Algún día podré borrar tos fotos y deshacerme de lo poco que me queda de tu recuerdo... Pero me temo que hoy no siento la fuerza necesaria para enfrentarme a eso. Fuiste una cobarde que se dedicó a salir corriendo mientras yo me enfrentaba a todo, y ahora la que quiere correr... La que quiere volver a respirar, soy yo.
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