domingo, 13 de diciembre de 2015

El último café

Hoy me he levantado con ausencia de besos, anhelando la ventisca que creaban tus pestañas al parpadear. Será que soy una nostálgica sin remedio, pero el café no sabe igual desde que no lo bebo de tus labios.
Tal vez el corazón se nos quedó corto y por eso recurrimos a caminar por el filo de una navaja buscando un éxtasis que nos salvase, la verdad es que terminamos convirtiendo la penumbra en nuestra casa hasta que nos perdimos en ella. Se nos dio muy bien jugar a crear sombras de ilusión mientras nos convertíamos en el Titanic... Reinas de un reino de sombras, con un final pero sin un feliz.
Quemo las fotos intentando que sea el fuego el que sofoque esta ausencia enquistada en esta habitación detenida por el tiempo. Y aunque no parezca servir para mucho, sigo diciéndote adiós como un náufrago a un pedazo de tierra, intentando que seas la botella con un mensaje oculto que desaparezca en el mar.
Eres la mayor de mi frustraciones, por mucho que quiera hacerte realidad ya no existes, no en mi vida. Ahora eres la sonrisa, las ojeras de hablar hasta la madrugada, y las noches de sexo entre las sábanas de otra, y no puedo culparte. En esta historia serás recordada como el mayor rayo de luz que se ha visto nunca, la causa y efecto por la que ahora tengo que enseñarme a volar de nuevo en soledad, la razón de demasiadas cosas que no me atrevo a admitir.

martes, 20 de octubre de 2015

Extracto del corazón.

Escribía tu nombre como si fueses el tesoro más reluciente marcado en tinta sobre un folio en blanco. Esta vez quería darle a un alma de poeta romántico un final felíz.
Fui una yonki del vértigo creado por las montañas rusas, siempre jugando a un tira y afloja interminable con mi cabeza mientras mi corazón parecía no tener ganas de entrar en semejantes disputas. Pero apareciste tú y mi corazón volvió a levantarse... Es curioso, tanto tiempo de amores desperdiciado con musas falsas mientras tú te dedicabas a tocar un violín en soledad, esperando... Siempre esperando.
Cuando te encontré, guiada por esa melodía, supe que no serías como los cantos de las sirenas. No hacía falta correr, esconderse, o pelear... Era un poder extraño que terminó por invadir cada gota de sangre de mi cuerpo hasta sentirse extremadamente real.

Si los poetas cantan a sus amadas, por qué no voy a dedicarte mis líneas si eres la estrella más luminosa del firmamento.

miércoles, 22 de julio de 2015

Pensamientos de media noche.

Estaba sentada en el tejadillo que daba a mi ventana, expulsando un beso de humo que rozaba el aire al quitarme el cigarrillo, como buena noche de verano el cielo estaba plagado de pequeñas antorchas que hacían del paisaje un prado celeste de oro y plata. La brisa me despeinaba algunos mechones de pelo y hacia del humo del cigarro una maratón con destino al cielo.
Me encontraba viendo volar a dos murciélagos solitarios cuando las cavilaciones empezaron a pasar por mi cabeza: ¿por qué nos miedo la noche?
En mi opinión a la luz de las estrellas todo sabe mejor; la cerveza es más apetecible; el sexo, más placentero, la tranquilidad, más inspiradora; y la inspiración, más elocuente. Parece que nos dan miedo los monstruos que salen de los armarios o que se esconden bajo las camas cuando en realidad los únicos monstruos están en nuestra cabeza. ¿Por qué temer entonces a la oscuridad?
La noche siempre me ha resultado un mundo a parte, como si se rompiese la sucesión del tiempo y hubiese una brecha dimensional en la que entras en un mundo lleno de quietud en el que todo parece más auténtico. El miedo es más latente; el amor, más potente; y los sueños... Son menos sueños y más realidad.
En cierto modo creo que ese el problema del día, todo se vuelve más real, en el mal sentido. Es como si los rayos del sol te diesen una hostia que a veces te quita el aliento que la noche llena de posibilidades te ha dado. Creo que por eso los artistas preferimos la noche, sobre todo los escritores. Parece que la oscuridad hace que todo se vuelva más auténtico y puro.
 El cigarrillo comenzaba a apagarse hasta que le di otra calada y el humo volvió a ascender hacia el infinito desde mis fosas nasales.
Tanto tiempo temiendo al monstruo del armario cuando resultaba que solo quería un poco de cariño... Tanto tiempo rezando por la salida del sol para luego escondernos entre las sombras de cuatro paredes.

domingo, 5 de julio de 2015

Antítesis de la luz

Siento la estratosfera sobre mi cabeza y la tierra muerta bajo mis pies, algo se mueve dentro de mi impidiéndome gritar; me ahoga, me angustia como solo una sensación fantasma puede hacer.
Siento el hierro apresado sobre mis muñecas.
Siento el miedo truncado en pánico violento en las pupilas de los ojos que, como espejos, reflejan el alma.
Por sentir, siento un cielo azul que da vueltas centrifugadas, cambiando las estrellas del sitio en el que habitualmente reposan. Pero esto es la vida, vueltas de 180° en lo que dura un suspiro.
El fuego no son las llamas, es el caos que nace de esta mente acunada por espíritus de lobos y artistas.
Pero la cuestión es que mientras contemplo el ardor del infierno confinándose sobre mi, con un Hades ansioso de otra alma a la que llevar a su tierra de los muertos, yo estoy tranquila.
Prefiero enseñarle los dientes manchados de sangre antes que postrarme ante una deidad que decide quién vive y quién muere. ¿De verdad creéis que se puede mandar arrodillar a un soldado que lucha por mantenerse en pie?
Dos caras de la moneda; dos versiones relacionadas de la misma historia, y separadas, escritas cono dos cuentos diferentes cuando en realidad son la dualidad misma de la pura existencia. Al final todos somos divinidades y ángeles caídos... Todos extraídos de unas letras que derrochan sangre y luz: luz por la locura y sangre por la cordura. ¿O crees que la cordura es luz? Las grandes ideas y nuestros mayores actos de valentía surgen de un breve instante de locura en el que se decide dejar la sota, caballo, y rey e ir a por la reina.

Si al final es la muerte lo que nos espera, recibamos a Hades con un baile en nuestros pies y unos ojos tan llenos de decisión que cuando los relojes caigan del cielo no les quedará más remedio que detener el tiempo.

lunes, 15 de junio de 2015

Politicamente incorrecto.

¿Alguna vez has sentido miedo hacia el futuro?, ¿te has parado a pensar en la vida que no hace más que correr delante de ti, y que tú, impotente, te ves incapaz de hacer nada?
Ser el león o la gacela.
A veces sigues teniendo miedo, aunque seas feliz, aunque lo tengas todo. Nadie sabe lo que va a pasar, mañana puedes despertarte y el mundo se puede acabar. Por eso creo que lo mejor es vivir tal y como eres, tal y como quieres. Diferente.
Dejarse llevar por las palabras sin sentido del resto de las personas es como envenarte con muerte segura. Vamos a pensalor así... Es un circo de gladiadores, tú estás solo en las arenas rodeado de otros que intentarán matarte en nombre de la sociedad.
Basta ya.
Me he cansado de vivir en los supuestos principios en los que debería vivir por ser mujer. "Maquíllate", "ponte vestido", "sé politicamente correcta", "y sé una chica mona".
Pues este es mi mensaje para la sociedad. Me das asco.
No me maquillo.
No me siento cómoda usando vestidos.
Me la suda lo políticamente correcto.
Y no soy una chica mona. Ni si quiera feminina.
Soy así, y me ha costado muchos años hacerlo, pero me quiero tal y como soy, sin retoques, sin "lo que se supone que debo ser". Mi vida la decido yo.

Este es mi mensaje para todos los que rompéis con lo que se supone que deberías ser, que no actuáis como se espera de vosotros. Que nadie se atreva a decirte nunca que ser diferente es malo. Eres así. Quiérete así. Y lucha, pero lucha por ti.
Ser diferente es un privilegio, te hace ver el mundo de una manera diferente; y precisamente esa diferencia será la que muchos critiquen o envidien... Y también la que te llevará a lo más alto. Recuerda esto cuando ya no puedas más, cuando estés cansado de burlas, reproches, normas absurdas... Recuerda que nadie tiene que decirte cómo vivir, cómo vestir, o a quién amar.

Eres perfecto tal y como eres.

TÚ.
PUEDES.
CON TODO.

jueves, 11 de junio de 2015

Aviones de papel.

¿Alguna vez te has parado a pensar en lo que somos las personas?... Para mi, somos aviones de papel.
Considero a cada persona un folio liso en el que puede haber una infidad de posibilidades... Pero ese folio se dobla, la sociedad hará de ti lo que quiera, doblándote hasta conseguir que seas un avion de papel más de la flota, ¿qué triste, verdad?. Tantos años de sueños... Tantos años de lucha, y ¿para qué?, al final no haces más que ser otra pieza del engranaje oxidado en el que se ha convertido esta sociedad.
¿Por qué molestarse en hacer a todos esos aviones iguales? Orden, estamos definidos para eso, para buscar desesperadamente el orden... Estudiar, buscar un trabajo, sacarse una carrera, y cómprate una casa, sácate el carné de conducir, cásate (pero no con quien tu quieras, si no con quien te han predeterminado a querer), ten una familia... Esa es nuestra vida, un orden establecido por una sociedad ansiosa de precaución al caos.
Caos... Qué palabra tan hermosa.
Caos.
Ca-os
¡CAOS!
Dilo todasas veces que haga falta; grítalo, susúrralo, interiorízalo porque cuando alcances a comprender el poder y el significado de esa palabra te darás cuenta de que no es la completa destrucción. El caos es ser diferente a lo que te marcan, es ser único, personal. Es vivir.
Si nos considero aviones de papel no es por lo facilmente moldeable que somos; si no porque aunque hagas exáctamente igual a cada uno de los aviones, a la hora de lanzarlos cada uno volará en una dirección que no hay manera de predeterminar. Y eso es lo que somo las personas, seres moldeados por una fuerza mayor... Pero de vez en cuando sale alguien diferente, alguien que no quiere volar al son de sus compañeros... Inconstante, personal, loco, ingenioso, diferente... Caótico.
Igual que un avión de papel.

domingo, 7 de junio de 2015

Un juego de dos.

Ahí la tenía a ella, mientras estudiaba, con su pelo cayendo por su espalda como una cascada de oro. Dios, qué guapa estaba. No podía evitar observar cómo se movían sus labios cuando hablaba para aprenderse la lección... Menuda tentación; yo no hacía más que observar cada detalle de aquella chica mientra ella estaba completamente concentrada... Su oreja, su cuello... Cada parte de su cuerpo me estaba pidiendo a gritos que la besara, que la mordiese con la violencia de un calentón repentino.
Había prometido portarme bien, pero me ponía demasiado y no podía aguantar más, aunque no se lo iba a poner fácil. Yo quería jugar.
Me levanté y fui a la habitación, quería ir más allá de provocar, quería que se derritiese por mi, que mi suplicase que la empotrase contra una pared y me la follase ahí mismo, sin delicadeza, sin compasión. Esta vez sería yo la que llevase el control absoluto. Me lo quité todo, dejando solo la ropa interior, una corbata negra, y la chupa de cuero que sabía que tanto la gustaba,
Cuando me vio, dejó de estudiar y se quedó mirándome con esa expresión de "Joder" que a mí tanto me gustaba.

- Es hora de descansar - Y tras eso me aproximé a ella lentamente mientras sus ojos me observaban de arriba a abajo; estaba nerviosa, y yo lo notaba, lo que me hacía disfrutar con una crueldad morbosa. Me senté sobre ella y la miré a los ojos, fijamente, con esa sonrisa torcida que sabía que ella no podía resistir. Cuando una de sus manos fue a tocarme se lo impedí.

- Mando yo, y no puedes tocarme - Yo sabía que no me haría demasiado caso, por que cuando besé su cuello y lanzó sus manos contra mi cuerpo, paré.

- Cada vez que me toques, paro. - Y eso fue todo, bastó para que mantuviese las manos quietas mientras yo descendía con la lengua por su cuello, mordiendo, besándolo. La quité la camiseta, y el sujetador no tardó en seguir el mismo paso. Pero cuando llegué a sus pezones, sus manos volvieron al ataque, por lo que me quité la corbata y até sus muñecas al respaldo de la silla. No iba a permitir que llevase el control.
Atada,  y cada vez más inquieta, sabía que era el momento de comenzar. Volví a su cuello pero esta vez, la paz se tornó en ventisca, mis movimientos estaban exentos de delicadeza. Cada vez que la mordía soltaba un leve gemido "música para mis oídos" pensé, cuando llegué de nuevo a sus pezones, los mordí, los besé, consciente de que cada roce de mis labios con su piel la alteraban más. excitándola de una manera que la hacía temblar, con la respiración cada vez más agitada.
No iba a apresurarme, quería tomarme el tiempo necesario para disfrutar cada parte de su cuerpo, y cuando mi lengua comenzó a descender por su ombligo, mis dedos se quedaron en sus pechos, jugueteando. Cuando llegué, estaba totalmente mojada, besé sus labios una vez, rápido, empapándome de su éxtasis. Cuando me aparté y la miré a los ojos con esa sonrisa torcida y esa mirada de "eres mía", se estaba mordiendo el labio "joder, cómo me pones, cabrona". Sin esperar ni un segundo más comencé a pasar la lengua, muy despacio, por toca aquella humedad, yo notaba cómo sus brazos se tensaban al tirar para intentar liberarse. Cada vez que pasaba de nuevo la lengua, un gemido salía de su boca, llegué a su clítoris duro, pidiendo a gritos que mi lengua lo acariciase, y así lo hice. Una y otra vez,vez más profundos a medida que sus gemidos aumentaban y estaba cada vez más mojada. Pero yo no quería para ahí, no era suficiente, por lo que seguí bajando, saboreando cada mínimo recoveco, cuando llegué, la penetré con la lengua mientras mis dedos se dedicaban a seguir jugueteando con su clítoris; los gemidos pasaron a ser gritos de placer, cada vez más fuertes, pidiendo más, y más, y más. Sabía que no la quedaba mucho, por lo que cuando la faltaba poco para llegar al orgasmo, paré. Me levanté, la desaté y la ayudé a levantarse. Noté el ardor de su piel, ya no oponía resistencia. La llevé hacia el suelo, pero esta vez con las manos libres, quería sentir su tacto mientras la poseía.
Tumbada en el suelo, duro y frío, con la mirada medio desenfocada por el acto anterior, sus manos no hacían más que buscar mi cuerpo, y cuando se agarró a mi culo y lo apretó con deseo, supe que era la hora de terminar aquello. Volví a deslizarme entre su piel, bajando hacia las profundidades del placer, mi lengua volvió a saborear aquella dulzura mientras esta vez, mis dedos, la acariciaban, sin llegar a entrar, solo superficialmente.  Cuando su cuerpo empezó a temblar, la metí los dedos, rápido, profundos, y fuerte, sin dejar de lamer su clítoris. Su cuerpo se movía al compás de mis movimientos, mi cabeza, hundida entre aquel mas de éxtasis, notaba los movimientos de su pelvis.
En un momento dado, y sin dejar de penetrarla, volví al resto de su cuerpo, a morder sus pezones, a lamer su cuello, a besarla con toda la furia pasional del momento. Notaba sus uñas clavarse en mi espalda, síntoma de que ya no podía más, por lo que aumenté el ritmo; y al final, cuando no pudo más, estalló en el orgasmo más brutal, gritando mientras se agarraba son fuerza a mi cuerpo... Hasta que cayó, sudando, totalmente agotada, sin poder respirar, con los ojos cerrados por el repentino mareo que la asolaba. Besé su mejilla y me recosté a su lado, cansada. Pero cuando al rato abrió los ojos y me miró, supe que esto no había acabado. Por lo que sonreí y me dejé llevar. Esta vez le tocaba dominar a ella.

martes, 2 de junio de 2015

Clara oscuridad

La luz del día nunca se me dio bien, soy más de vagar por los rincones en penumbra de una habitación descascarillada; ¿y sabes por qué?... Cuando estás ahí, entre los retazos furiosos de la oscuridad, que te acaricia con esos dedos pálidos de muerte y miedo... Un rayo de luna atraviesa el cristal de opacos pensamientos que es tu ventana, y la oscuridad desaparece, arrasada por una mágia blanca tan pura que hasta las propias hadas podrías marcarse un vals sobre ella.

Esa es la verdadera chispa de la vida, ¿no?; mirar con buenos ojos a la muerte con la esperanza de que tenga piedad y te conceda un día más entre las cenizas para así, plantar las rosas que siempre debieron rodear tu camino. Cuando encuentras la manera, sonreír al diablo se vuelve el ejercicio más sano; ese en el que te sientes fuerte pensando "aquí estoy, cabrón desgraciado, y no vas a poder conmigo". No hace falta mucho más que esa sonrisa segura y ese brillo de segurar en los ojos para darte cuenta de que la oscuridad, en realidad, de oscura tiene poco.

domingo, 31 de mayo de 2015

El caos de amar.

Aprendí a respirar bajo el agua, a mirar en las profundidades de unos ojos desgastados ya por la cercanía de la locura. El lobo que se convirtió en pájaro, el pájaro que quería volver a pisar la tierra mojada con sus zarpas de libertad.
Aprendí, comprendí que la mayor locura que podía hacer era tratar de ser el animal solitario que no hacía más que vagar al filo de la desesperación. Pero la humanidad a veces nos hace menos humanos, y la cuestión consiste en erradicar al monstruo feróz qus asola tus sueños para respirar con libertad.

No sé por qué vuelvo a escribir hoy, tal vez esta noche la luna tenga un encanto mayor, pero me alegra volver. La inexorable oscuridad que baña esta habitación hace que los recuerdos corran como una aurora danzante de luz; luz... Como ella, es la palabra que mejor la define, porque de entre todos los recuerdos, el tacto de sus labios al rozarme se convierte en el rey de la noche... O mejor dicho, en la reina.
¿Alguna vez has sentido que al abrazar a esa persona estas en casa? Es algo difícil de conseguir, y arriesgado. Al fin y al cabo, somos humanos, cometemos errores. Nuestra vida es un caos que intentamos reconstruir y que termina por volverse aún más caótico de lo normal... Y menudo caos es el que te crean al mirarte con unos ojos que te dicen "no me dejes nunca", pasas de mariposas a huracanes, y de huracanes a... Bueno, a amar.
Y ese amor... Esa luz... Dicen que cuando has encontrado a esa persona lo sabes. Bueno, pues yo la he encontrado. Y pienso ser el lobo protector que camine junto a ella en ese bosque de caos que es la vida.

domingo, 12 de abril de 2015

La ley de lo imposible.

ELLA.- ¿Alguna vez has intentado volar?
ÉL.- ¿Volar, estás loca?, las personas no podemos volar.
ELLA.- ¿Y eso quién lo dice?
ÉL.- La ley de la gravedad.
ELLA.- (Perpleja) Eso es una tontería. Los pájaros vuelan.
ÉL.- Los pájaros tienen unas alas diseñadas para eso. ¿Has visto a algún humano volar?
ELLA.- Vale, pues seré un pájaro.
ÉL.- Un pájaro... Deberías dejar lo que sea que te estás metiendo.
ELLA.- Oye, que tú no creas en cosas que no has visto no significa que esté loca.
ÉL.- No es que no lo haya visto, es que es imposible.
ELLA.- (Burlándose) Dijo el científico... (Pausa) Debe de ser muy triste.
ÉL.- ¿No volar?
ELLA.- No, eso es posible. Me refiero a ver el mundo de una forma tan cuadriculada como la tuya.
ÉL.- Creo en las cosas que se pueden demostrar, te recuerdo que la ciencia está para eso.
ELLA.- Ciencia, ciencia, ciencia... Los científicos os creéis con derecho a destrozar los sueños de la gente.
ÉL.- (Enfadado) Vale, lista... Vuela, venga, vuela y veremos quién tiene razón.
ELLA.- Oh, yo volaré, pero tú no podrás verlo.
ÉL.- Claro, es imposible, la ley de Newton dice claramente que...
ELLA.- Hace años era impensable que una máquina que pesa toneladas pudiese mantenerse flotando en el aire. (Se acerca a él), podré volar porque tengo algo que tú no tienes; algo de lo que un cerebro lleno de números, leyes, limitaciones, y la constante necesidad de demostrarlo todo de forma analítica, carece.
ÉL.- Claro... ¿Y eso es...?
ELLA.- Imaginación.

martes, 31 de marzo de 2015

Cantar a un atardecer

Ves al sol hundirse poco a poco entre las montañas, a veces orgulloso; otras, en cambio, parece pedir auxilio a gritos para no ser engullido por esos palmos de tierra. Ese atardecer es la línea que marca el limbo entre luz y oscuridad; para unos significa la decandencia del pobre mundo, para otros, el desafió con carácter caballeresco que trae la luna, deseando trazar aventuras entre esos carteles de neón que indican que la vida es tuya.
¿Qué pasa cuando observas con toda la paz el skyline de la ciudad?, bueno... Yo descubro el esplendor de unos edificios orgullosos que se muestran lustrosos ante la caída y nacimiento del sol, posando para una foto perfecta de magia y encanto. Pero también hay pesar, es cierto que a ojos de optimistas es más fácil reflejar esa euforia, pero toda alma humana siente la pena, la discordia de calles rebeldes que reclaman tener su sitio entre tanta novedad, o el llanto de las estatuas al ver que sí, son defensores de la ciudadela, pero tienen miedo pensando que cuando no estén ya no quedará nadie que la defienda.
El atardecer dice tantas cosas... Es una muestra clara de poder al igual que de decadencia. Al final no le queda más remedio que dejar paso a la luna, y es que un rey no puede tener todo el poder.

sábado, 14 de marzo de 2015

Comienzo

Siempre me creí un ser solitario, un lobo salvaje que no hacía más que aullar a una luna imposible de alcanzar con un grito desgarrador, pero en algún momento el lobo se calmó, se tumbó y durmió con el brillo de las estrellas como cúpula de plata y oro.
Es curioso, de sentirte siempre como un pájaro que no alcanza a volar llega un punto en el que lo raro para ti es sentir algo de vida pura, sin dolor. Siempre rodeada de fantasmas, al final he aprendido a vivir con mis propios demonios, sacando cada día la espada para ponerme en guardia.
Hasta que apareció en mi vida.
Y por eso te lo pregunto ahora, ¿crees en el destino?
Solo necesité un beso suyo para hacer que ese miedo a sentir algo muriese, el guerrero interior soltó la espada sin apenas conocerla pero con la total seguridad de que no había defensa necesaria en todo eso. ¿Qué haces cuándo te quitan la armadura y comienzan a borrar toda sombra de tus ojos?, bueno... Pues que dejas de vivir en gris y asfalto. Comprendes que hay algo mayor que todo tu miedo, una fuerza arrasadora que crece en tu interior con el espíritu de libertad de tu animal interior... Solo que sin ser una bestia.
Sus brazos se convierten en tu refugio; la casa en la que encuentras paz con solo aspirar su aroma. Sus labios, el mayor consuelo que has podido encontrar en mucho tiempo, con unos dedos delicados pero decididos que acarician cada palmo de tu piel como si se tratase de las cuerdas de un violín... Y sus ojos... Sabes que se han vuelto tu perdición, la luz que de alguna forma ha conseguido desterrar las sombras que había en ti.
Apareció cuando buscaba soledad, cuando me daba miedo ilusionarme... Y lo que consiguió fue hacerme ver que desde ese momento, no quería besar unos labios que no fuesen los suyos. Me está haciendo revivir, como un fénix que fue expulsado al exilio y vuelve con más fuerza que nunca.
Con ella me siento segura, a salvo de mis miedos, mis pesadillas, mis inseguridades... Tan mágica como una noche de estreno, con una sonrisa tan eterna como los aplausos de un público emocionado.

sábado, 21 de febrero de 2015

Corazones rotos

El club de los corazones rotos que se enfrentan a la oscuridad de la noche, eso es lo que hemos terminado siendo, guerreros silenciosos de puños escarchados y ojos cansados que pelean por su propia supervivencia.
Intentamos continuar a la luz del día, escribiendo nuestras penas en el interior de un tren que no para nunca, llega un punto en el que te resulta muy fácil dejar de ser quien eras para pasar a no ser más que la sombra de un tiempo mejor. Parece que no aprendemos, siempre respirando el veneno que una vez nos dejó malditos. Es el retorno de las bestias.
Qué alma tan de poeta romántico, donde tu musa es la que te traicionó convirtiéndose en tu propio Caín. Pasas a vivir en el reino de la nada, con los auriculares puestos  y la sangre fría, notando cómo te recorre la insaciable sensación de vacío mientras buscas un salvavidas lejos del día gris, pero no existen fórmulas secretas que te devuelvan la maleta en la que lo dejaste todo.
Eres el humo del cigarrillo que quiere volver a ser sólido entre las nubes de cristal que conforman ese apocalipsis intimista y privado.
Vuelve a coger la salida del reino de las sombras, hoy, o pronto. No permitas que sean las cenizas las que administren las heridas y las llene de sal, a pesar de seguir añorando ese sentimiento de grandeza sabes que volver a pisar las huellas del pasado es jugar a la autodestrucción más iracunda.

lunes, 26 de enero de 2015

Nocturnia

Un día me desperté y comprendí que todo era diferente; habían pasado tres meses, ya no estaba y yo no quería que volviese, me encontraba bien, tranquila, felíz. Pero algo más había cambiado, a pesar de haber encontrado la paz tras esa tormenta de miseria en la que me perdí, naufraganzo sin rumbo... A pesar de haber encontrado la costa y por lo tanto mi salvación... Algo en mi estaba... Desconectado.
Me di cuenta de que nada sería como antes, y sobre todo empecé a comprender el miedo que me daba volver a sentir algo más profundo que un deseo sexual incotenible.
Sí, he caído en el tópico de "me da miedo enamorarme", ¿eso me hace no estar felíz, volver a la tristeza? No, claro que no, que vuelvo a ser yo es una afirmación incuestionable. Pero tenía que haber una pega, una herida más profunda que el resto.
Hay heridas que provocan miedo, y ese miedo no tiene fecha de superación. Ya no recuerdo lo que es sentir paz al besar unos labios, ni nerviosismo al desear el tacto de una mano. ¿Qué cosas, verdad? Menuda felicidad individual la que he descubierto, menudo lobo solitario de corazón de hierro el de mi alma.

viernes, 23 de enero de 2015

Pausa

Tengo el fuego del vencido acorralado en este cuarto creciente. Tal vez una rosa que hizo crecer sus espinas impidiendo el paso a cualquier contacto directo.
Es volver a mirar en lo más profundo del alma para encontrarse con esa verdad aplastante; se necesita más tiempo.
Huyo, corro del sentimiento de miedo al pensar en volver a sentir... Menuda putada tan febril, yo intentando trazar curvas en este deteriorado atardecer y el miedo disparando a mis pies para verme bailar.
Me encuentro terriblemente independiente para dejar entrar a nadie, no lo busco, ahora no puedo hacerle frente a pesar de ser solo esa herida final que no ha dejado dolor pero sí temor... Valiente cobarde, impartiendo la justicia del sabio y viviendo entrecortada en mi felicidad paralela.
Qué sabio el destino mostrándome la simpatía del lobo solitario y los días de sonrisas eternas; de relojes lentos y cicatrices perezosas.

lunes, 19 de enero de 2015

El cobarde se hundió

Creo que la vida me sabía a poco, estaba conforme con unas palabras oxidadas que no hacían más que clavarme el puñal más hondo creando una sima demasiado abismal.
Cuando digo que hay que confiar en el universo es por una razón, es sabio e inteligente; hace unos meses me encontraba en el infierno,  rodeada de fantasmas y de lágrimas, hoy sonrío; antes solo quería la soledad, hoy... Bueno, tengo claro lo que ando persiguiendo, y la soledad no está en mis planes.
Podría decir que somos como niños jugando al pilla pilla, que volvemos a deshojar margaritas buscando la respuesta que queremos, o simplemente que hay caminos que están destinados a cruzarse.
En algún momento las sonrisas dejan de ser de cristal y se vuelven palpables, los ojos se te van y algo en ti resurge. Es empezar desde cero siguiendo un sol radiante de esperanza... Y de ilusión, porque vuelve la ilusión.

"Qué bonitas las siluetas de los pequeños jugando a ser gigantes".
- Lo son, más de que ellos creen, están llenos de vida.
- "Y tú, has vuelto a tu oasis"
- Eso parece.

Los versos han vuelo
los demonios han muerto.
Siendo alma de la noche
retorno en fuego refulgente,
cenizas de sal incrustadas
en esta pieza del puzzle inminente.
El sol salió,
el cobarde se hundió.

viernes, 16 de enero de 2015

Cenizas aspiradas

Nadie dijo que vivir rozando el tiempo fuese fácil; pelear contra ese péndulo de sangre helada que gotea con cada movimiento buscando presas nuevas.
Pero algunos lo hacemos, nos ponemos firmes y sin más armas que nuestra propia esperanza batallamos contra ese terrorífico tic tac que a las 12 en punto dispara con su atronador rugido. Hablamos mucho de la horrible sensación de perder el tiempo pero poco de la paz de estar en silencio viendo como esa aguja no para nunca, y cómo tú permaneces firme. De esta manera te conviertes en el pequeño revolucionario del tiempo, bañando tus ojos en esos labios que tanto deseas besar.
Algunos perecen en esta lucha descontroladamente  trágica, pierden la noción de los días y buscan la huida en el tránsito de las calles descalzas... Como un enfermo de alzheimer que pasea la mirada por las cicatrices de su piel para buscar la causa.

Pero por muchas cicatrices que podamos tener al final seguimos buscando ese inciso de locura que nos vuelve especiales, seguimos queriendo ser los capitanes del Titanic pensando que lo salvaremos. Solo que nuestro iceberg no es un pedazo de hielo gigante, y muchos perecen como Jack bajo esas aguas heladas. Pero no todos.
¿Qué cómo lo sé? He visto el infierno con mis propios ojos y me he sentido como ese pobre condenado a una vida eterna de historias de punto y final. Pero del infierno se sale.
Llega un momento en el que cuando vuelves a mirar a ese maldito reloj lo despojas de todo rastro de sangre seca, lo limpias de los tristes recuerdos de puñales helados y lo conviertes en ese juguete de oro. El "tempus fugit" ya no es una tragedia, terminas comprendiendo que el tiempo puede ser un valioso aliado lleno de sabiduría y esperanza.

Por eso te quedas quieto viendo como la gente corre de un lado para otro, tu corriente maldita ha terminado convirtiendo el fuego de tu corazón en cenizas ya despojadas de toda resignación.
Simplemente dejas de mirar con miedo cada horizonte y te secas las lágrimas invisibles. Ya no hay dolor.

Vuelves a tener ganas de vivir, de amar, de sentir, de respirar, de abrazar, de sonreír.

martes, 13 de enero de 2015

Vive en añil

Empecemos la revolución de los malditos extraviados. Vamos a sonreír entre los árboles de agua helada que mojan tu piel cada vez que ese trueno cegador de fantasmas rompe el cielo; como niños que juegan a ser los reyes del parque.
Rompamos las notas escritas con veneno que tanta angustia nos han traído en las noches sin luna, aprendamos a vivir en añil.

Ese es mi trato, sal y respira.
Corta los hilos que evitan que olvides el camino a casa y camina, deja de correr durante un segundo y comienza a mirar la vida a velocidad ralentizada. Y ríe, pero ríe con ganas, que tus pulmones se llenen de oxígeno y en vez de un grito que sean carcajadas las que provoquen un estruendo en los corazones.
Cálzate las botas y guarda los puños, la vida se hizo para dejar huella, no cicatrices. Deja el odio para los demonios y pon en tus ojos los rayos del sol. No busques rimas en el amor y deja que tu corazón viva en versos libres.

Dejemos de pensar en hierro y fuego, volvamos del desierto de dunas escarchadas y tracemos las líneas de lo que para nosotros es el mapa del tesoro. Labios cursivos, fuerza en negrita, y felicidad subrayada. Soltemos la pistola y dejemos de ser los suicidas emocionales que arrancan la vida desgarrada de la tinta.

Esta vez mira sin miedo, persigue estrellas fugaces a plena luz del día escalando tu propio Everest. Vuelve... Regresa al mundo en el que los edificios se pintan de colores y olvida esa vieja escala de grises típica de películas mudas. Entierra los miedos, entierra su nombre. Esta vez juega a ser el caballero que mata dragones, pero no para rescatar a la princesa, sino para reencontrarte con tu espíritu. Cose de nuevo el emblema que tanto tiempo llevaste con orgullo en tu dignidad y lánzate a la guarida de asfalto, tierra, cielo, y agua.

Vivamos en braille, busquemos horizontes, pero que nunca dejemos de pensar que somos los reyes de nuestra corte.

lunes, 12 de enero de 2015

Tinta ante el papel

+ ¿Por qué escribir? Dime.
- Para crear.
+ ¿Crear?, no, se escribe para vivir.

Seguimos cogiendo boli cada vez que nos encontramos entre el norte y el sur, rezando palabras desesperadas que si pudieran cobrar vida gritarían "libertad". Aunque en cierto modo viven, ¿no?. No se escribe por crear algo bonito, cuando dejas parte de tus sonrisas, tus lágrimas, o tus miedos en una página en blanco es porque deseas liberarte de los monstruos, quieres dar vida entre palabras furtivas de instintos animales.
Hablar de respirar, de sentir... Algunos llevamos la vida a los versos quebrados de acordes acabados en una cadencia perfecta.
Nosotros elegimos llevar tinta en la piel... ¿Y si esa tinta se transpasa a la sangre y sientes la necesidad de hacerla real? Las palabras por sí solas no valen nada, pero en cuanto añades un sentimiento puedes tener una bomba atómica lista para deshacer las mentiras más prolíficas.

Por eso todavía tengo esperanza, mientras haya una sola persona que en vez del puño ponga en alto un boli; cada vez que se entregue una carta de amor, un poema, una confesión; cada vez que se escriba una obra de teatro, una novela... Se está viviendo, y al vivir se está creando.

viernes, 9 de enero de 2015

Conectores fragmentados

"Sonreír se vuelve más fácil cuando tienes los auriculares puestos" 

Créeme, no soy ninguna erudita, lo que consigo es a base de esfuerzo y de una pizca de talento. De mi no vas a encontrar escritos insignificantes que solo busquen el embellecimiento literario, solo cuando se pone el sentimiento el arte pasa a ser vida, y la vida... Es arte. 
Siempre he imaginado la vida como ese gran mapa del tesoro en el que nuestros sueños están precisados con una X; nosotros somos los marineros que nos enfrentamos a los piratas y los peligros del mar salvaje mientras vemos cómo las gaviotas trazan círculos en el horizonte. Y no te engañes, es un viaje peligroso en el que solo gana el más fuerte. 

"Amar es respirar, y respirar es existir"

Como bailarines enfrentados por unos acordes silenciosos. Te pasas tus oníricos momentos pensando en esos labios que te hacen rozar la fragancia de la locura, mueres por amor y vives para morir entre esos lunares que forman algo más que constelaciones. Juegas a ser un aventurero en tierras inexploradas que encuentra nuevos palmos de tierra al besar cada milímetro de su piel. Es tu causa y efecto y se divide en kilómetros de suspiros y abrazos. 
Claro qué es respirar, ¿o no has sentido esa tranquilidad al tener su mano enlazada con la tuya?

"Sentir es morir, sentir es vivir"

Es nuestra tortura común, sentir; siempre encerrando corazones bajo carcasas de metal, llorando el sonido más amargo de un "adiós" cuando las sombras te resguardan de los ojos curiosos de la tormenta. Aunque al mismo tiempo es nuestra virtud. Gracias a sentir todavía hay quien entrega rosas a su persona amada, quien da abrazos solo por compartir su calidez; siempre hay quien sonríe a las personas de su lado y camina bajo la lluvia sin paraguas. 

"Valiente es el que se levanta cada día"

Y con esto cerramos, porque es cierto, no hay acto más valiente que el de levantarse cada nuevo día con la esperanza de algo mejor. ¿Sabes? tus ojos pueden estar empañados por los recuerdos, puedes odiar su existencia o dejarte dominar por la furia intrínseca de las pesadillas. Pero recuerda siempre que de las peores tempestades nacen los valientes. 

jueves, 8 de enero de 2015

Catástrofe 2.0

Creo que a veces perdemos el norte, dejamos de mirar la brújula interna que nos mueve y nos encontramos entre las ciudades de asfalto que siempre conocimos, pero perdidos, sin reconocer los edificios o las calles que pisamos cada día. Y perder ese norte suena genial cuando algo en ti anda zarandeándose, porque cuando sientes que algo no está bien, que tu máximo consuelo es pedir otro amanecer... Bueno, tal vez ese sea el momento de pararte a pensar.
He visto más ojos tristes de los que me gustaría, he sentido ganas de llorar, de dejar llevar mi rabia a un grito sacado de la verdad para que muera en el más alto silencio. 
Sí, me he perdido, ya no de lugar, sino a mí misma... Duele, ¿verdad? Trato de recordar quién era antes de conocerte, de recomponer fragmentos que ahora soy incapaz de recordar, y sí, claramente este texto va referido a ti. Porque para qué engañarnos, durante un año pensé que eras mi salvación, mi propio Jardín del Edén, ilusa de mi sentía que con solo tocarme me hacías la más feliz de las personas, y me tocaste, sí... Y me hundiste, como a un simple barco de papel.
¿Quieres la verdad?, deberías mirarte al espejo y darte cuenta del daño que haces. 
Por mi parte... Estoy en mi catástrofe 2.0, cansada de intentarlo todo siempre, de dar hasta el último suspiro en una batalla que tiene la palabra "derrota" pintada en la frente. No quiero rendirme... Pero sí quiero rendirte, al fin y al cabo no te has ganado mi alegría. ¿Te sigo queriendo? no lo sé, tal vez. O tal vez estas ganas de arrancar el nudo de mi garganta se deben al daño que me has estado causando y que yo, mirando por tu felicidad, he aguantado. 
Y sé que muchos no entienden que esto me pase ahora, un mes más tarde. Pero simplemente he llegado a un punto de inflexión en el que ya no puedo seguir aguantando todo lo que he retenido en ese mes, me encuentro al borde del disparo emocional empuñando un arma de doble filo que me mata a la vez que me salva. 
Algún día podré borrar tos fotos y deshacerme de lo poco que me queda de tu recuerdo... Pero me temo que hoy no siento la fuerza necesaria para enfrentarme a eso. Fuiste una cobarde que se dedicó a salir corriendo mientras yo me enfrentaba a todo, y ahora la que quiere correr... La que quiere volver a respirar, soy yo.